Los aprendices de Koehler trabajan por una buena causa

Quien comienza su formación profesional en Koehler Paper Group sabe que tendrá la oportunidad de adquirir habilidades y de desempeñar tareas que van más allá de su formación profesional. Koehler es una empresa que pone en práctica sus valores y los transmite a sus aprendices.

Los aprendices de Koehler ya han participado en ocasiones anteriores de proyectos sociales junto a diferentes socios. Además, los jóvenes aprendices han demostrado una y otra vez su compromiso con la protección ambiental, ya sea plantando árboles en el marco de medidas compensatorias, construyendo puentes, recogiendo residuos o luchando contra especies exóticas invasivas como parte del programa de padrinazgo del arroyo de Weidenbach que ha asumido Koehler. Este año se amplió el foco un poco más y el proyecto social se convirtió en una iniciativa que también comprendió educación medioambiental y gestión de la salud.

El jugo de naranja se venderá a cambio de donaciones

Ocho aprendices del segundo año de formación profesional junto a Stefan Grözinger, director de formación profesional, recolectaron manzanas en las praderas de árboles frutales de la empresa y limpiaron los prados de frutos podridos y desechos. Más tarde, en la bodega de mosto Mostkellerei Kasper, situada en la localidad vecina de Nußbach, las manzanas se transformaron en 691 litros de jugo orgánico sin filtrar.

«A diferencia de proyectos sociales anteriores, esta vez hemos optado por un camino indirecto», explica Grözinger. El jugo de manzana se puede adquirir a cambio de donaciones en el restaurante de la empresa, en el marco de la gestión de la salud que Koehler pone en práctica en la empresa. También los empleados y empleadas pueden comprar el jugo de manzana. «Entregaremos la recaudación y las donaciones al hospicio infantil de Offenburg».

Durante la formación profesional se transmiten conocimientos útiles para la vida

Al mismo tiempo, los aprendices obtuvieron más conocimientos sobre la importancia de las praderas de árboles frutales. Estas son el hábitat de más de 5.000 especies de flora y fauna entre las que también se encuentran especies raras, como el mochuelo europeo, el lirón o el pico verde, además de gran cantidad de insectos y murciélagos. Como los árboles son altos, las praderas permiten un doble uso: en las copas crecen las más diversas variedades de fruta, principalmente las típicas de la región, y abajo, el pasto para los animales de pastoreo.

Las praderas de árboles frutales constituyen un elemento importante para la agricultura sostenible. Tras muchos años de monocultivos de poca altura, a partir de los años ochenta esta tendencia se revirtió a favor de las praderas de árboles frutales.

«Koehler es un BEST PLACE TO LEARN que transmite a sus aprendices conocimientos profundos y útiles para la vida», afirma Grözinger, y cuenta que los aprendices se divirtieron mucho con el proyecto. «Es probable que lo repitamos en los próximos años». Pero ahora la prioridad es la venta, para poder entregarle al hospicio infantil una jugosa donación